Seismosaurus es un género dudoso de dinosaurio. Recibió ese nombre porque debía de generar un pequeño terremoto con cada paso que daba.
Físicamente, el Seismosaurus se caracterizaba por tener cuatro patas robustas de aspecto elefantino, el cuello largo y la espalda en forma de látigo, que arrastraba en parte porque su longitud era enorme. Las apófisis espinosas de las vértebras dorsales y cervicales estaban bifurcadas y tenían forma de Y, de manera que los ligamentos entre las vértebras se unían y extendían mejor. Esta particularidad permitía al Seismosaurus llevar su cuello de 25 vértebras siempre horizontal. Las patas eran muy gruesas y pesadas, por lo que el animal avanzaba muy lentamente, haciendo temblar el suelo a paso; y además, las patas delanteras terminaban en una gran garra afilada que usaba como defensa. La cola era enorme y terminaba en un enorme látigo que usaba para golpear a los dinosaurios carnívoros como el Allosaurus, el Ceratosaurus o el Torvosaurus.
Se han hallado unas 200 piedras estomacales del animal, lo que indica que este animal engullía las hojas enteras y luego las trituraba en su estómago con ayuda de esas piedras. Se ha estimado que necesitaría comer una tonelada de hojas al día en su etapa adulta, y las crías recién nacidas comían su peso en hojas cada día para crecer a una enorme velocidad. Sus alimentos principales eran ginkgos, helechos, colas de caballo y coníferas.
Los primeros restos del Seismosaurus se hallaron en 1979 en Nuevo México. Los restos fueron hallados por casualidad por unos excursionistas, e incluían algunas vértebras y costillas y algunos fragmentos de la pelvis. El hueso sacro del animal medía 1,5 metros de largo y pesaba 1.450 kg. Se tardó 6 meses sólo en sacar este hueso de la roca. Durante mucho tiempo, fue el dinosaurio más largo, grande y pesado de todos los tiempos, hasta que se halló el Argentinosaurus, aunque el Seismosaurus lo superaba en longitud.
En 2004, se sugirió que el Seismosaurus sería en realidad un Diplodocus, ya que sus restos se asemejaban mucho a los de este saurópodo, y se le resignó a ese género emparentado.
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