Superaba el medio metro de largo y, como otros tetrápodos primitivos, combinaba agallas y pulmones, y tenía ocho dedos en sus extremidades. Poseía extremidades largas rematadas por ocho dedos.
Los pies eran palmeados, lo que le ayudaría a desplazarse con soltura en el agua. Los miembros carecían de articulaciones de la muñeca y el tobillo, y, por consiguiente, se cree que eran demasiado débiles para soportar su peso fuera del agua; por eso debió pasar casi toda su vida en ella, haciendo de sus patas a modo de remos para desplazarse.
Su primer hallazgo fueron fragmentos craneanos encontrados por Gunnar Säve-Söderbergh y Erik Jarvik en 1933 en Groenlandia.
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