jueves, 11 de abril de 2019

ERA DEL TRIÁSICO… PERIODO MESOZOICO

El Triásico es una división de la escala temporal geológica, es uno de los tres períodos geológicos de la Era Mesozoica; comenzó hace 251,0 ± 0,4 millones de años y acabó hace 199,6 ± 0,6 millones de años. Como ocurre con la mayoría de los períodos geológicos, las fechas exactas de inicio y fin son inciertas por unos pocos millones de años. En el caso de este período, tanto el inicio como final están marcados por importantes eventos de extinción: la extinción masiva del Pérmico-Triásico y la del Triásico-Jurásico.
Los primeros mamíferos, los cuales evolucionaron de los reptiles mamiferoides, hicieron su aparición en este período, posiblemente por los cambios de clima que hubo, y la deriva continental, que motivaron la gran regresión marina del Triásico: todas las tierras estaban unidas (de una manera inversa a la de una transgresión marina) formando el supercontinente Pangea (dividido nuevamente a principios del Jurásico), por eso pasaron a predominar los carbonatos.
Se caracteriza fundamentalmente por la aparición de los primeros dinosaurios, inicialmente representados por formas bípedas, carnívoras y de pequeño tamaño. No obstante, a finales del periodo ya se habían diversificado a gran escala y se habían convertido en los vertebrados dominantes en todo el planeta, llevando a la extinción a grupos anteriores como los arcosaurios más primitivos y los propios reptiles mamiferoides con escasas excepciones.
Durante el Triásico, casi todas las tierras de la Tierra se concentraban en un solo supercontinente centrado más o menos en el ecuador, llamado Pangea (“toda la tierra”). Este continente tenía forma de “C” y al este, en el hueco de la “C” se encontraba el océano Tetis y rodeándolo todo se situaba el océano Panthalassa (el “océano universal”). Todos los sedimentos del océano profundo depositados durante el Triásico han desaparecido a través de la subducción de las placas oceánicas, por lo que se sabe muy poco del océano abierto durante el Triásico.
El supercontinente Pangea comenzó su dislocación durante este período, especialmente en el Triásico Superior, pero todavía no se había separado. Laurasia incluía Norteamérica, Europa y gran parte de la actual Asia. Gondwana comprendía África, Arabia, India, Australia, la Antártida y Sudamérica. Pangea se desplazaba muy lentamente hacia el norte en este período, y en ese proceso el supercontinente empezó a mostrar los primeros signos de su fraccionamiento, con la aparición de brechas en la parte oriental de Norteamérica, en las zonas central y occidental de Europa y en el noroeste de África. Los primeros sedimentos fuera del mar, en el rift que marcó la rotura inicial de Pangea y que separó Nueva Jersey de Marruecos, son del Triásico tardío; en los Estados Unidos, estos sedimentos gruesos comprenden el grupo Newark.
El nivel del mar subió ligeramente durante el Triásico Inferior; sin embargo, el volumen de áreas emergidas fue todavía muy alto. El océano Tetis, que formaba un amplio golfo, se convirtió en ruta de invasión marina. Aunque las plantas terrestres dominantes en el Triásico difieren de las pérmicas, las pautas de distribución sobre Pangea permanecieron (flora del sur de Gondwana, flora Siberiana y flora Laurrusia de condiciones más secas y cálidas en latitudes ecuatoriales).
El clima del Triásico fue generalmente caluroso y seco, y dio lugar a la formación de desiertos y evaporitas. El gran tamaño de Pangea limitó el efecto moderador del océano; su clima continental era altamente estacional, con veranos muy calurosos e inviernos muy fríos. Probablemente tuvo fuertes monzones en el Ecuador. No hay evidencia de glaciación cerca o en cualquiera de los polos; de hecho, las regiones polares eran aparentemente húmedas y templadas, un clima adecuado para las criaturas similares a reptiles.
Al final del Triásico se produjo la extinción masiva del Triásico-Jurásico. Se extinguen los conodontos y reptiles placodontos. Desapareció el 20 % de animales marinos, aunque todos estos grupos se recuperan en el Jurásico. Las víctimas terrestres incluyeron la mayoría de los géneros de reptiles mamiferoides y grandes anfibios. Los beneficiarios primarios de la extinción sobre la tierra fueron los dinosaurios, que se expandieron rápidamente durante el Jurásico y dominaron los hábitats terrestres a lo largo del resto de la Era Mesozoica. Los únicos reptiles marinos que sobrevivieron fueron los ictiosaurios y los plesiosaurios.
Las evidencias sugieren que hubo dos pulsos de extinción triásica, uno anterior y otro al final del período. La sincronización de estas extinciones en los mares es poco clara y las causas de las extinciones triásicas permanecen desconocidas. Un análisis en el noroeste de Arizona en el 2002 sobre el límite Carniense-Noriense, no mostró cambios bruscos en el paleoambiente, por lo que la posibilidad climatológica no fue respaldada. En este tiempo, las coníferas y otros grupos de gimnospermas reemplazaron a las floras de plantas con semillas que habían predominado en hábitats de tierra baja de Gondwana en el Triásico.
Triásico Mapa

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